Eres de las personas que siempre pasa el arroz por el agua o de las que se acaba de enterar que hay gente que lo hace. Te contamos que nos dicen los expertos.
En principio hacer un buen arroz no debiera tener ningún secreto, o al menos eso es lo que piensa una cocinillas amateur como yo. Las dudas me asaltaron el otro día, cuando mi amiga del alma me dijo que lavar el arroz era para ella, algo así como una religión; un paso indispensable para una paella como Dios manda y su abuela ordenaba.
Así que me puse a investigar y me encontré que, como en todo en esta vida hay opiniones para todos los gustos al respecto.
Lavar o no el arroz
A favor del si, podemos encontrar argumentos meramente gastronómicos y otros de salud.
Los argumentos gastronómicos es que lavando el arroz eliminamos el exceso de almidón que tiene y que produce que se espese demasiado al cocer, quedando en ocasiones apelmazado.
Los que aducen cuestiones de salud, esgrimen que al lavarlo se le quita gran cantidad del arsénico que contiene el arroz, sustancia muy perjudicial para la salud al ser considerada cancerígena. En referencia a esto hay que aclarar que dependiendo de donde sea la procedencia del cereal las cantidades de arsénico que contiene varían sustancialmente. Los arroces importados son los que contienen unos marcadores más altos que los arroces nacionales. Moderando el consumo de arroz a no más de cuatro veces por semana, no hay ningún riesgo para la salud ya que las cantidades ingeridas son mínimas.
Los que están en contra de lavar el arroz, argumentan que se le quita mucho sabor y que controlando la cantidad de agua que se le echa no tiene porque quedar ni seco ni apelmazado.
Una vez hecha la prueba me quedo, personalmente, con el arroz sin lavar.
En principio hacer un buen arroz no debiera tener ningún secreto, o al menos eso es lo que piensa una cocinillas amateur como yo. Las dudas me asaltaron el otro día, cuando mi amiga del alma me dijo que lavar el arroz era para ella, algo así como una religión; un paso indispensable para una paella como Dios manda y su abuela ordenaba.
Así que me puse a investigar y me encontré que, como en todo en esta vida hay opiniones para todos los gustos al respecto.
Lavar o no el arroz
A favor del si, podemos encontrar argumentos meramente gastronómicos y otros de salud.
Los argumentos gastronómicos es que lavando el arroz eliminamos el exceso de almidón que tiene y que produce que se espese demasiado al cocer, quedando en ocasiones apelmazado.
Los que aducen cuestiones de salud, esgrimen que al lavarlo se le quita gran cantidad del arsénico que contiene el arroz, sustancia muy perjudicial para la salud al ser considerada cancerígena. En referencia a esto hay que aclarar que dependiendo de donde sea la procedencia del cereal las cantidades de arsénico que contiene varían sustancialmente. Los arroces importados son los que contienen unos marcadores más altos que los arroces nacionales. Moderando el consumo de arroz a no más de cuatro veces por semana, no hay ningún riesgo para la salud ya que las cantidades ingeridas son mínimas.
Los que están en contra de lavar el arroz, argumentan que se le quita mucho sabor y que controlando la cantidad de agua que se le echa no tiene porque quedar ni seco ni apelmazado.
Una vez hecha la prueba me quedo, personalmente, con el arroz sin lavar.